miércoles, 26 de diciembre de 2007

martes, 4 de diciembre de 2007

Más rápido que la luz, menos claro que el agua

Siempre vivimos ante las constantes interrogantes en torno a la vida, sin embargo, producto del trabajo que algún día cada vez más cercano realizaré, desde hace dos años busqué ir más allá, investigar las razones de los que por momentos pueden parecer únicamente comentarios ligeros.
Un buen día escuchando el programa de radio La taquilla, las quejas de Rene Franco y Sergio Zurita ante el desacuerdo que provoca en ellos la venta anticipada de la única forma que tenemos de acceder a los espectáculos, no sólo musicales sino de teatro y deportivos, nació la curiosidad.
Hasta el día de ayer sólo había tenido el papel de espectadora ya que por fortuna jamás había sentido la necesidad de adquirir por medio de la compra mis boletos para los espectáculos.
Sin embargo, y tras haber apoyado al equipo de la Máxima Casa de Estudios en varios partidos durante el torneo regular y gracias el incentivo que la Rectoría brinda a los becarios para este tipo de eventos con algunos boletos tuve la oportunidad de asistir, pero esta vez decidí con un grupo de amigos emprender la travesía y adquirirlos por medio de lo que hoy es un gran monopolio, que hasta el momento nadie ha tomado como tal, Ocesa, Grupo CIE y su dependencia Ticketmaster.
Desde el domingo a las 19:10 horas las líneas estaban saturadas, hasta el lunes por la mañana conseguí comunicarme para preguntar sobre la venta de dichos pases que iniciaría al medio tres de diciembre.
Las filas en los centros Ticketmaster ubicados en las Mega Comercial Mexicana eran inmensas e interminables, Internet saturado al igual que las líneas telefónicas, conseguir un boleto para los simples mortales aficionados de los Pumas que permanecieron por lo menos dos horas formados fue imposible, y ¡claro! Como no es concierto no pueden abrir otra fecha.
Las fallas que siempre criticaban Zurita y Franco eran evidentes, un amigo en la Mega Comercial Mexicana de Rojo Gómez me informó que iban liberando los boletos de 50 en 50 y después otro en la misión por conseguirlos en la Mega que se encuentra junto al Tec de Monterrey me dijo que el sistema se había caído, y no obstante en la de Miguel Ángel de Quevedo los ¡goyas! Se escuchaban hasta la calle y los reclamos para que se siguieran vendiendo boletos también, en el Estadio Olímpico Universitario desde poco antes de las 15:00 horas se leían en hojas tamaño carta ¡Localidades agotadas!
Después de cuatro horas las líneas por fin se habían liberado y lo primero que se escuchaba era la grabación que informaba que los boletos se habían terminado.
¡Ah! pero lo curioso en este como en todos los eventos ya no se diga importantes sino cualquiera que sea, los revendedores si alcanzan, ¡cielos! ¿Cómo diablos le hicieron?, ¿que armas todopoderosas tienen que nosotros no para alcanzar siempre de todos los eventos?
Lo cierto es que no creo que haya sido del todo correcto, sin embargo, aplaudo a los aficionados valientes que de acuerdo con lo que Notimex publica arrebataron los boletos a un revendedor para después distribuirlos entre los aficionados, y es que esa ha sido la única alternativa que han dejado ante la inmovilidad de las autoridades no sólo por frenar el robo de los revendedores sino también con la falta de una legislación que impida que se condicione la venta sólo con determinadas tarjetas de crédito.
U2 tardó poco más de 10 años en regresar porque si no los trae Ocesa, simplemente no vienen ya que tiene la concesión de los más grandes escenarios de México son de esta compañía, si bien se ha colocado entre una de las plataformas más importantes a nivel mundial lo cierto es que los monopolios no llevan a nada y este enojo hoy es por el Fútbol un deporte sano y que hoy sólo parece accesible para aquellos que pueden pagar desde los 500 hasta los mil 800 pesos por un boleto en zona de pebetero cuando este cuesta menos de 200, ¡Claro! En la reventa.
La justicia por propia mano ha demostrado no ser una buena alternativa, sólo basta recordar lo sucedido en Tláhuac hace tres años, sin embargo, parece haber sido la única forma de poder asistir a la final, además recuerden que ladrón que roba a ladrón…
Ahora mientras escribía esto en Televisa Deportes se afirmó que nueve mil boletos se destinan a la venta a universitarios, sin embargo, nunca se nos ha informado de esta posibilidad, te envían mail para todo, menos para la venta de boletos de los Pumas.
¿Dónde están los boletos?, evidentemente en manos de delincuentes llamados revendedores y ¿quién se los proporciona?, la pregunta en el aire estará; mientras los aficionados nos tendremos que conformar con ver a través del invento perfeccionado por González Camarena la final de fútbol Pumas-Atlante.